Hoy os voy a contar una historia, que aún a riesgo de alejarse del producto en sí, creo que merece ser recodada.
Hoy os contaré la historia de «MADAME PIMENTÓN»
Allá por los años 20 del siglo pasado,cuando en Madrid todo el mundo se conocía, recorría sus calles una peculiar señora, a medio camino entre mendiga y diva, cantando zarzuelas y operetas en bares y terrazas con una voz castigada por el tiempo y alcohol.
Facunda Conde, como se llamaba realmente, obtuvo el primer premio de piano en el conservatorio de Madrid y viajó por Europa cantando Ópera hasta que una enfermedad truncó su carrera.
Tras un matrimonio fallido comenzó a tocar el piano y a cantar en diferentes cafés de la capital, pero su voz cada vez más maltrecha y su afición al alcohol acabaron por enviarla a la marginalidad.
Ella siempre contaba «El aguardiente hay que beberlo en la intimidad de la amistad. Yo lo bebo para aclararme la voz».
Entonces desapareció la Diva y nació el mito. Vestida con bisuterias y un abrigo de color rojizo comenzó a convertirse en MADAME PIMENTÓN (Por el color de sus ropas).
Pero su personalidad no pasó desapercibida, mujer de mal carácter pero de una exquisita educación, dignidad y generosidad, fue reconocida por un nutrido grupo de escritores, periodistas y dibujantes con un banquete homenaje y una función benéfica en su honor, dónde le regalaron un mantón, un ramo de flores y 50 pesetas. Ella lo agradeció diciendo:
“Público amado y señor: Estas flores que me han regalado, como premio a mi modesto trabajo, os las ofrezco; repartíroslas, que yo tengo un sumo placer en obsequiar a mi público”.
Tras haber cantado 25 años por las calles de Madrid, Facunda falleció a los 64 años, el 6 de Febrero de 1928 en su casa de las Virtudes (Chamberí).
Desde el Sequero queremos recordar a personajes como MADAME PIMENTÓN para que no caigan en el olvido.