El pimiento, o ají, que había traído a España Cristobal Colón en 1493, tomó rápidamente gran aceptación entre el pueblo, convirtiéndose en uno de los productos más apreciados por las clases bajas. Pero pasaron muchos más años en ser aceptado por las clases altas; en primer lugar por el rechazo que mostraba la iglesia por un producto tan intenso e incluso con fama de afrodisíaco y en segundo lugar, porque las clases pudientes se resistían a aceptar en sus mesas un producto procedente de civilizaciones salvajes.
Así, pasó más de un siglo, hasta que apareció el pimiento retratado en una obra de arte; concretamente en el lienzo de Diego Velazquez «Vieja friendo huevos» de 1618 y en la obra «Cristo en casa de Marta y María».
La representación de los pimientos en escenas cotidianas mostraban la normalidad con la que las casas humildes utilizaban este producto olvidado por las clases nobles.
Estos dos cuadros suponen la primera representación artística de un pimiento en la historia del arte occidental.
El Pimentón y su historia tan desconocida.
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